Querido lector:
Estaba en este puente en Tequesquitengo, ahí volví a ver la película de Madagascar.
Recuerden que este blog es el de un ocioso, y tiene algo de filósofo por ende. Mi reflexión de Madagascar, es que casi todos nos encontramos en la misma situación de no poder escapar de la ciudad y ver que lo que nos vuelve locos , no es la naturaleza, la vida salvaje, sino la "civilización" de la ciudad. Todas las manías, rutinas y eventos tan cotidianos nos vuelven locos y nos tienen a un ritmo muy acelerado de vida. Si intentásemos relajarnos, o calmarnos, veremos lo complicado que resulta el conseguir una paz, y querer hacer nada (sin estar agotados). Sé que no es la gran reflexión pero piensen que lo raro de la vida está en la ciudad, estamos pendientes de asuntos y negocios, etc., que muchas veces nos perdemos de nosotros mismos.
En fin, sólo quería poner este post y demostrar que hasta de "Madagascar" pude ver algo más.
Dato curioso:
Hay un lado de la luna que no se ve jamás, si no es por fotos.
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