A quien hay tenido el tiempo de leer mi cuento del ladron de mal gusto, y haya tenido el ocio de debrayar sobre el, se habra imaginado -posiblemente- entrando a su casa y dejar de ver aquel regalo de navidad o de cumpleaños que en una ocasion nos dio un padrino. O llegar y ver que los discos de mala musica, las malas peliculas, los adornos que no estan ad hoc con cualquier cosa existente han desaparecido.
Ahora imaginen que llegase un terrorista y destruyera todo lo que hay de mal gusto. Se iria la fuente de la alameda con su agua amarilla como el color de la ciudad de la esperanza, se irian esas casas wannabe minimalista que se encuentra en san angel a lado de una ex-hacienda, etc.
Que agradable sería.
No comments:
Post a Comment