Me gusta mucho mi nueva casa. Aunque no así mis vecinos. Dicen que soy poco higiénico. Es cierto, pero ¿quién se querría lavar la cabeza si cuando lo hace oye voces que, en un principio, contaban chistes y ahora no dejan de molestar?
Ya desarrollé piojos en la cabeza pero no oigo voces.
Ya me mudaron. Ya me bañan pero sigo oyendo las voces, desgraciados. Les dije que el manicomio y la higiene no eran la respuesta. El hongo que se filtraba en el drenaje me hizo esto, no lo agradezco todo, pero me divierto cuando me deja alucinar paisajes y personas.
Ahora es esperar a "curarme". ¿Para qué curarme? La gente se queja de su vida cotidiana y de hacer siempre lo mismo, son como profetas porque viven 7 días iguales cada semana. Yo conseguí librarme de eso por honestidad; de chico me regañaban por mentir y de grande por honesto.
-¿Cómo pudiste hacer eso?
-Pero si es la verdad, merece saberla. Es por su bien.
-¿Y qué? Igual no se hace.
Yo me alejé de esa vida para cada día vivir una aventura, un mundo nuevo y ¿qué ocurrió? Nada. La sociedad me envidia y me quiere curar. Al menos me liberé de la esclavitud mental. Ojetes, déjenme en paz. Nadie quiere esa vida y yo que lo logro soy alejado de todos como si tuviera un secreto de estado. Pues tengo un secreto y es para vivir y no sólo existir. Quien guste, dígame. Todos buscamos ver algo nuevo en lo cotidiano, hay quien sabe cómo hacerlo bien y otros que no sabemos si estamos bien o no.
Para AC/DP.
3 comments:
Algunos días pretenden pasar desapercibidos, en verdad se esfuerzan para no notarse, para ser comunes. Cuando eso pasa no me doy cuenta hasta la noche, cuando me desvelo y no tengo sueño. Ahí, y sólo ahí, es cuando miro el detalle que hace de aquél día uno como todos: distinto.
Cada vez que lo vuelvo a leer (confieso que lo he hecho unas diez veces), lo encuentro más y más bonito. Gracias, detalle.
¿Es acaso un perro quien habla?
¿cuándo nos reunimos para tocar?
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