El furor de la temporada

Hay un cierto espíritu, un cierto ánimo en el aire, de fraternidad y caridad. Qué bueno es que al menos nos caiga en algún punto del año.
Los propósitos de año nuevo son buenos, sí. Pero son más plausibles los que diariamente estamos cumpliendo, esa lucha diaria de verdad logra cambios en nosotros, cuando estamos concientes del mal o del error que estamos cometiendo y nos esforzamos por cambiar. Esa es la lucha que más nos cuesta y la más valiosa. Hay un cierto espíritu en el aire, pero ¿qué nos los provoca? No sé. Pero debemos de procurar tener ese espíritu por todo el año, para cada día, para así mejorar. De verdad vale la pena disfrutar esta época y, si es posible, agarrar parte del impulso y llevárnoslo para todo el año, no como inercia, sino como idea. Como propósito, como recuerdo de la chispa que empezó el incendio para buscar un cambio. Qué triste es olvidar esa parte, esa motivación que una noche no nos permitió dormir. Pero qué bueno es tener voluntad.

Recordemos para el próximo año al amor. El bueno, el que se esfuerza por encontrar el bien ajeno, de verdad. El que dice la verdad a la cara, sin faltar a la caridad. El amor que busca nuestro propio cambio, no el amor egoísta. El amor que busca el cambio del otro, para su bien y no para el agrado propio o de la gente.

Metametalingüística

Lector: no leíste la primera parte de este escrito, así que sólo transcribo lo último que ocurrió. Fue lo más interesante:

Últimamente he pensado en reformular y reestructurar mi vida.
¿Será que debo esforzarme más? ¿Seré un patán? Bueno. ¿Qué se le hace? No sé. En fin, voy a borrar esto…

¡No! ¿Qué va a ser de nosotras? Nooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo.

Mis amigas letras:
Ustedes pasarán a formar parte de mis recuerdos y de mis debrayes, pero su existencia real dejará de ser. Será un recuerdo.
Santiago

Santiago:
Pero no queremos ese tipo de existencia. Guárdanos como un documento de Word y déjanos ahí, convivir y vivir.
Tus AMIGAS letras.

Mis amigas letras:
Déjenme recordarles que la voluntad, conciencia y racionalidad que ustedes poseen son un producto de mi imaginación y, por lo tanto, decido que puedo borrarlas. Y lo haré, la reflexión que hice debe quedar en mi vida, cambiando mi camino, y no en un documento. Como recordatorio tengo a la realidad y no necesito escritos propios que me recuerden lo que debo hacer.
Santiago

Santiago:
Nos parece muy triste que nos borres. ¿No ves que por eso mucha gente escribe? Para que las letras nos recuerden lo que debemos hacer, nuestra memoria falla y si volvemos a leer, podemos recuperar nuestras ideas e intenciones.
Tus MUY AMIGAS letras

Mis “amigas” letras:
Francamente ya perdí mucho tiempo discutiendo con ustedes y no pretendo seguir perdiéndolo.
Así que pasarán a ser un recuerdo, ¿por qué? Porque quiero, sí, así de sencillo. Adiós.
Santiago

Santiago:
NOoooooooo ____________.