Por un momento te veo que estás sin que te conozca y que me hueles y me oyes, no nos vemos. No, nos conocemos. Sabemos que por ahí está el otro, peo no quién es. Tal vez ya nos conocemos. Al menos te puedo decir que estoy en todos los días que has decidido ignorar y en aquéllos que has decidido vivir. Te puedo decir que estoy esperando porque tampoco sé qué hacer.
Mientras te espero puedo ver con los ojos cerrados la forma en la que las paredes de mis sueños se disuelven en ondas matizadas por voces e instrumentos, por música. Sé que es música porque la amo y sé que tú también, dónde estés, la amas. Lo sabemos porque desde chicos nos hemos buscado por ella. Y cada ruido que oigo, y cada sonido que pasa por mí y cualquier otra onda la veo y la reviso y luego la desecho, porque no estás tú. Y creo que yo tampoco. Al menos sé que te he confundido ya varias veces; sé que no eras tú porque no estamos juntos. He creído oír tu voz en tantas otras voces, y querido ver tus ojos en tantas otras caras que ya no sé si te encontraré o si he de distinguirte cuando llegues, perdóname si no lo hago. No es mala fe. Es mi ignorancia.
No quiero ser tu amigo, sólo quiero ser tu amante. Dejemos nuestros sueños y volvamos a la infancia cuando no eran sueños, sino que era igual a esperar ir al cine de nuevo. Era algo seguro, pero era cuestión de tiempo. No me importa cómo empecemos, ni cómo acabemos, olvida tu casa y construyamos una. También ignora mi impaciencia, pero ya no quiero esperarte. Ya no quiero abrazos de una soledad familiar, quiero explosiones de una desconocida. Perdona si nada de esto hace sentido, es que no sé por qué debemos estar separados. Me encantaría saberlo y vomitar a quien así lo haya decidido.
Tal vez debería presentarme, pero sigo pensando cómo hacerlo, quiero que nunca olvides cómo nos vimos la primera vez y quiero que lo recuerdes siempre como algo bello, como una rosa que nadie vio en un jardín pero que vive en ti porque tú la viste, porque tú la contemplaste, porque la hiciste tuya, aunque parecía cualquier rosa, tú la escogiste. Nadie sabe qué tiene de especial, pero no importa, tú sí y es la rosa más bonita que existirá para ti. Hazme eterno, quiéreme, recuérdame. Hazme tuyo.Discúlpame si regreso al mismo tema. Quiero que sepas cuando te vi en la cara de alguien más y te confundí, y cuando fui a verla de cerca le llamé por tu nombre, y le pedí llamarla así y no me dejó. Así que me regresé a la casa, pero el taxi tenía tu olor así que lo dejé dar vueltas y tomar el camino largo. Otro día, en algún lugar, algún restaurante, oí tu voz, pero en otra boca y la llamé por tu nombre “No, no me puedes decir así”. Por eso creo que te imaginé durante todo este tiempo. Pero cada que me subo al taxi sé que estuviste allí, porque ese olor, esa ambrosía para mi nariz, no me deja; es como saber que bajo la cama hay un tesoro y no querer voltearla. Sé que nunca habías oído a nadie hablarte así, pero es porque nunca alguien te ha esperado o amado como yo. No quiero ser tu amigo, deja a tu novio, avienta sus llaves y vámonos. Deja a tus padres, rompe su puerta y fuguémonos. Luego haremos cuentas de platos rotos. Si seguimos aquí, los pagaremos.
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Soñemos, soñemos en un tempo que no pasa, que no es tiempo, soñemos en un lugar sin espacio y soñemos que seguimos vivos. Cuando despertemos del sueño estaremos de regreso en el mundo, pero siempre querremos volver y será imposible, deberemos cambiar hasta la calle en la que dormimos y el parque donde nos acostamos a ver el cielo para que vuelva a ser como nunca fue pero siempre soñamos que debería ser. No hay saco roto aquí, tira todo, ya luego barreremos cenizas y las prenderemos otra vez. No lo niegues, no lo niegues. Somos todo lo que necesitamos. Lo que queramos está esperándonos. Si quieres vamos por él al mar, o a la playa o si quieres podemos sembrar un árbol donde te cargaré y me verás segura de que soy y estoy contigo, de que no nos vamos a separar.
Sé que debo volver a tu departamento donde, en mi imaginación, estás esperándome, sentada al pie de la ventana con las manos entre tus piernas y el pelo hasta tu pecho está despeinado mientras ves la lluvia caer. Sé que debo volver y volveré por ese taxi con tu olor. El día que dejes lágrimas en él y me oigas gritar de angustia ten por seguro que iré a verte. Pero esta vez, si no te estoy imaginando, si eres tú, por favor quita tus manos de mis ojos para que no parezca que me saludas con un adiós.
4 comments:
Pasión, deseo, anhelo...
Me encantó, genial ^_^
de cual fumas
que risa
jajajajajajajajajajajajaajajajajajajaajajjajajajajajajajjajajajaja
jaja
peputi meona
Muy bueno
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